Venta de garaje entrega 2

Capítulo 5 del libro “Resolución”

de la escritora Carmen Yasko. (Parte 2)

Comenzó a llover y en eso llegó el esposo de ella a recogerla mientras ella ya caminaba hacia la salida, se monto en el carro, abrió el vidrio y sonrío conmigo, me dijo: “Chao Carmen, que bueno haberte conseguido” Me quede pensado y a la vez molesta conmigo misma que idiota que soy. ¿Por qué estaba actuando de esa manera?, sólo me quede pensando, no le pregunte donde vive ni nada.

Al día siguiente estoy almorzando con mi hija y mi esposo y suena el timbre de la puerta, ¿qué raro? Si yo no conozco a nadie por aquí, me levanté intrigada y fui a abrir, ¿quién será?, era Sonia, que alegría me dio verla, me dijo: “Bueno no me invitaste, pero tampoco me dijiste que no viniera.” “Pasa, pasa, le dije. Siéntate a comer conmigo. “Qué bueno que llegué a la hora de la comida, ya se, de ahora en adelante esta es buena hora para venir, conchuda que soy” comento ella jocosamente.

Nos reímos se sentó y comió. Mi hija y mi esposo felices por mi, comenzamos a hablar y a reírnos sin parar, ella tiene un excelente sentido del humor, le dije que me perdonara el episodio del día anterior y me respondió: “No, y si no tengo nada que perdonarte cada quien es como es y tú eres así, te gusta hablar hasta por los codos pues, igual que a mi, además que a las amigas uno las quiere hasta con los defectos y si vamos hacer amigas para qué te critico si ya bien contenta estoy de conocerte y además para que te quiero perfecta, si perfecta no soy y a veces me aburro tanto que igual vengo y me aburres tú de vez en cuando con tu cháchara”.

Así comenzó nuestra amistad, conocí a este ser maravilloso, sincera, real, sin pretensiones de ningún tipo, más que la de ser mi amiga y la añadí a la lista que personas que ya tenía como amigos; unos muchachos de Panamá, americanos, algunos de Inglaterra, Venezolanos, a la final te das cuenta que no importa que no seas del mismo país, lo importante es que sean reales y que estén dispuestos como tú a establecer una amistad basada en el respeto, la tolerancia y la comprensión de ambas partes.

Han pasado años desde aquel mes de Mayo, de aquella venta de garaje, el mejor y mas exitoso que he hecho durante el tiempo que he vivido aquí, porque ese día recordé el valor de las pequeñas cosas, como una sonrisa sincera, recordé lo importante que es abrir tu corazón para que las cosas buenas lleguen a ti, que las malas experiencias no te marquen, mas bien te enseñen.

Aprendí ese día, que no importa la fuerza con la que desees que las cosas pasen, si en el fondo no estas dispuesto a ceder para coincidir en un punto medio en el que ambas partes estén contentas con los resultados. En mi humilde opinión, los amigos son ángeles que te acompañan en el camino de vida, en los momentos felices, en los tragos amargos, cuando dices que no tienes amigos y que no crees en ellos, es porque no eres capaz de ser amigo de nadie.

Ahora soy yo la que digo, qué bueno que conocí a Sonia o que ella me encontró a mi y se lo hago saber cada vez que puedo, nos sentamos a tomar té al menos una vez a la semana, hablamos de nuestros maridos, de los muchachos, de lo caro que se ha puesto todo, de las noticias del mundo, del corte de pelo del dictador de Corea del Norte, contamos chistes, nos reímos, salimos a caminar de vez en cuando, nos hacemos compañía, cuando su hijo mayor se fue a la universidad trate de que no se sintiera tan sola, la llamaba seguido; cuando nos aburrimos vamos de shopping, qué bueno, qué bueno haberla conocido, qué bueno haber superado el síndrome Claridad.