- Definitivamente la acción,
justificada o no, de abandonar o delegar el cuidado de los hijos y
el acompañamiento en su etapa de crecimiento y desarrollo es una
condición que precipita en algunos esa tendencia de
agresión.
- La ausencia de autoridad – no de
autoritarismo – en cuanto a como ellos manejan su tiempo libre; los
tipos de programas de televisión que observan, las relaciones que
llevan con sus amigos o compañeros, teniendo que recurrir a sus
propios instintos para sobrevivir en los círculos sociales en los
que se desenvuelven a diario por falta de una orientación
adecuada.
- Los tratos que en muchos casos
dan los padres a sus hijos cuando llegan a casa o incluso cuando
les hablan vía telefónica desde sus sitios de trabajo, con
tonos cargados de estrés, amenazas y mandatos continuos, antes que
de amor y comprensión.
- El mal trato impuesto por
sus cuidadores, familiares, tutores o amigos a quienes se los dejan
recomendados por los padres trabajadores.
- La represión ejercida por muchos
docentes que presumen de su conocimiento y autoridad a base de
coacción dictatorial en la que se les amedrenta e intimida aún
desde la primera hora de clases.
- La confusión que les genera la
comprensión de algunos temas de estudio acompañada del pánico al
castigo que les imprimen sus padres, si llegaran a enterarse de sus
pérdidas o fracasos… algunos niños y jóvenes han llegado al
suicidio por esta razón.
- Las continuas peleas entre los
adultos con quienes conviven, las agresiones y amenazas de
separación entre los padres.
- El poco apoyo y bondad que los
adultos ofrecen desde el punto de vista humanístico, no de la ley,
ya que la ley de por sí les favorece; y que les obliga a actuar
como adultos siendo niños.
Y unos cuantos factores más, son
razones que originan la asunción del más fuerte y les llevan a
expresar, mediante el maltrato hacia los más débiles, una manera de
protestar contra aquellas cosas que a ellos les están causando al
interior de sus hogares, instituciones educativas o círculos
sociales. Es el ciclo del maltrato, que alguna teoría de la
psicología plantea cuando el adulto agrede al menor que luego
agrede al menor que él o ella y que como consecuencia él o ella
destruye su juguete o le da una patada al gato; reacción en
cadena.
Un aspecto importante al manejar
este tema en materia de prevención es la justicia de la ley de
física “nunca hay una reacción si no ha existido una acción previa
que la precipite directa o indirectamente”. La pregunta es ¿Cuál es
la acción que está motivando a mi hijo o hija a asumir ese tipo de
comportamiento? Y que de una u otra forma los está convirtiendo en
criminales. La respuesta está en los adultos y es a quienes hay que
ayudar, la conducta de los niños está forjada por la influencia de
los adultos.. ni más, ni menos, sin embargo, en algunos países como
Los Estados Unidos, hay niños que son juzgados y condenados a pagar
condenas de varios o largos años por este tipo de crímenes…es eso
justo?.
Si necesitas ayuda sobre este
tema, puedes obtenerla y ayudar a tus hijos a crecer en el
marco de una sociedad ecuánime comunicándote a consultor@armandochavarro.com
