En algunas ocasiones este es el principio de una autonomía para sus hijos, basta solo en empezar a crear hábitos y responsabilidades en los infantes, pues no solo le muestra el panorama de lo que el ser humano debe hacer siendo autónomo, sino también de sentir un grado de responsabilidad en sus vidas.

Pero en algunas ocasiones no es suficiente, hace falta disciplina, constancia y sobre todo ¡GANAS DE HACER LAS COSAS!. Y es ahí donde los adolescentes se pierden en el camino de los deberes, ya que al llegar a la pre-adolescencia dejan de ser obedientes en algunos aspectos y como padres NOS DEJAMOS GANAR ESA BATALLA ya que también nos contagiamos de esa pereza, nos volvemos permisivos y facilistas en las ordenes que les damos.

Un ejemplo claro es cuando le permites a tu hijo que vea televisión todo el día, por el simple hecho de que estas ocupada u ocupado en tu trabajo, estudio, cosas de la casa o simplemente porque prefieres que estÉ en el sofá en cambio de estar en la calle aprendiendo mañas.

Lo cierto es que LA PEREZA de los adolescentes es más culpa de los padres que de sus propios hijos, porque se les permitió pasar la raya de la desobediencia al desorden, porque nos dejamos contagiar por esa misma pereza que no le permite a los padres, inscribirlos en una academia de deporte, cultura u otras actividades de carácter constructivo, simplemente porque no quieren o no pueden llevarlos.

Cuando se cultivan la disciplina y buenos hábitos en los hijos, ellos muy fácilmente adoptarán una vida dinámica y enérgica, en la cual estarán realizando deberes, pero también podrán ejercer sus derechos. El derecho a aprender, a ser, a convivir y hacer todo lo que está al alcance de sus manos dentro de la moral y la ética social.

Pero si a su alcance solo hay televisión, video juegos, internet, mucha comida y cero responsabilidades, entonces para que exigirles, si eso es todo lo que tiene a su alcance.

¿Cómo exigirle a un adolescente que deje de ser perezoso si sus padres dan el ejemplo?