Este padre tenía razón, es preocupante que, después de grandes esfuerzos, de desvelos, de sacrificios incluso, de más de 1.500 horas invertidas en sus primeros dos semestres, incluyendo las horas de estudio e investigación fuera de las aulas, un joven decida abandonar sus estudios, desertar del aula.

 

Aunque algunos profesionales de la educación, orientadores o, psicopedagogos, consideran este tipo de acciones como normales en los jóvenes, argumentando que éstos pueden o no tener vocación para ello y que debe permitírseles que decidan de esa manera su futuro; el asunto va mucho más allá de la simple aceptación o no de un tema.

 

La causa de la deserción académica proviene principalmente de los malos entendidos que el estudiante ha encontrado durante el desarrollo de sus materias de estudio.

 

L. Ronald Hubbard, filántropo, humanista y educador expresa en uno de sus textos, abro comillas "que una persona vuele, abandone sus temas de estudio proviene única y exclusivamente de las palabras mal entendidas"....cierro comillas.

 

Eso queda comprobado en miles de casos en todo el mundo, y se corrobora cuando, después de unas cuantas horas de trabajo con este joven caleño, y de aclarar todos los malos entendidos que tenía sobre su carrera, gustoso llamo a su padre a decirle "no te preocupes, padre, voy a continuar en ingeniería".  Cosas como esta se observan con mucha frecuenta dentro de nuestra comunidad estudiantil. Hay personas que inician una, dos, tres carreras y finalmente culminan alguna por cumplir o por cerrar ese ciclo, pero además, terminan haciendo trabajos muy diferentes a aquella profesión y oficio para el cual se entrenaron. Ese fenómeno se puede prevenir.

 

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