La educación es un juego bonito... 

Sí, es un juego agradable, es un juego grato. Es la mejor manera de encontrarle un sentido a la vida.  Mediante la educación, esperamos aprender el mágico mundo de las letras, a leer, a escribir, a comunicarnos unos con otros.

 

La educación es la esencia de la vida. Nos lleva de la mano hasta  lugares  inimaginados del conocimiento y nos aproxima hasta nuestros puestos de trabajo. 

La sociedad se expresa de acuerdo con la educación que posee o, con la educación que recibe.  El propósito de la educación es propender por la preservación de la cultura, es procurar alcanzar mayores niveles de supervivencia.  La educación, es la única fuerza que puede alejar al hombre del fracaso.

 

Si tratáramos de encontrar la razón por la cual algunas personas triunfan en la vida o fracasan; tendríamos que irremediablemente encontrarnos  con el tema de la educación.

 

En lo que tiene que ver con la educación formal, podemos observar que una persona permanece aproximadamente 20 años en los claustros, sin contar estudios de post-grado y/o especializaciones, los cuales podrían contar unos cinco años más. 

Es decir 25 años de escolaridad.... aproximadamente 30 mil horas de clase, que, sumándole las horas de tareas, trabajos e investigaciones, en los 25 años podríamos invertir cerca de 60 o, 70 mil horas de nuestra vida...   

Esto es algo digno de tomarse en cuenta, si vemos que todo se va al cesto de la basura, cuando observamos a nuestros hijos, graduarse, titularse y salir al mundo laboral a fracasar por no ser capaces de aplicar los conocimientos que recibieron. 

 

Si queremos que nuestros hijos triunfen en el ejercicio de una profesión u oficio, debemos asegurarnos que sus niveles de comprensión sean altos.  Sólo así los veremos crecer como personas y como profesionales exitosos.